martes, 22 de junio de 2010

TALAIGUA VIEJO

LA LAGUNA DE LOS MANDATARIOS

A través de la historia el desarrollo en el corregimiento de Talaigua viejo ha sido casi nulo, por la gran mezquindad de los mandatarios que se olvidan de generar desarrollo en esta comunidad, y cuando se acuerdan la utilizan para generar ganancias en sus bolsillos y no la de ejecutar una verdadera obra de progreso.

Siempre, de año en año, se ve una Caterpillar emparejando las calles de Talaigua Viejo, lo que ha ocasionado un bajo nivel de éstas y así aumentar la probabilidad de ser más anegadizas y llenas de lagunas. Las calles si se deben emparejar y quitarles tantos huecos, para ello se debe es aterrarlas para que su relieve sea alto y no anegadizo. Pero como así deja mayor ganancia para los mandatarios; importa poco la calidad de la obra.

sábado, 5 de junio de 2010

EN TALAIGUA VIEJO

CRÓNICAS CON PAISAJE DE OLVIDO

106 AÑOS: ENTRE LA DICHA Y EL OLVIDO







Recostada en un taburete descubre que el día se agota, cuando las pocas aves del corral que habitan el patio, comienzan a aletear pretendiendo escalar el árbol que les hospeda durante la nocturnidad, de igual manera la voz inarticulada del gallo tempranero anuncia que el astro rey esta pariendo un nuevo día, quizás con las mismas esperanzas del anterior o tal vez peor.

Se trata de doña Melida Baena chica, una anciana que se ha dado el lujo de ascender a los 106 años de existencia y aun ríe y canta a la vera del rió magdalena, en Talaigua Viejo corregimiento del municipio de talaigua nuevo sur del departamento de bolívar. No es fácil determinar con precisión quien ostenta con mayor beneplácito las huellas del tiempo marcadas sobre la dermis de su existencia: si Melida Baena chica, o el rancho de bahareque y cubierta palmiza que le ha dado albergue durante su larga experiencia vital, sobre la faz de la tierra. Son pocas las palabras que logran a emitir sus labios, como son escasos los pasos que el tiempo le permite realizar a la altura de 106 años biológicos que no pasaron en balde porque logro cosechar hijos, nietos, de los cuales, hoy, algunos trasnochan los mosquitos con un musengue elaborado con racimo de curumuta, mientras otros corretean libélulas en la amplitud del patio. Todas las mañanas sus miembros superiores se aprestan a trasladar a sus labios el café que tibia las pocas esperanzas que le dejan los años. Melida cumplió a cabalidad sus tiempos de servicios en sus funciones laborales: Parir. De sus hijos pudo recoger más de ochenta nietos. Sin embargo espera aún la jubilación por haber cumplido con exactitud y excelencia: la faena, el designio, el mandato supremo de diseminar vida en el relieve terrestre.

Las manos cansinas de Melida han olvidado el golpe certero del ejercicio de pilar arroz y maíz para el sustento de las onces criaturas que pudo traer al universo. No tuvo academia, pero la doctrina de sus abuelos aborígenes fue el norte para levantar sus renuevos dentro de una domesticidad sin alienación de ninguna naturaleza. Algunos supersticiosos describen, atestiguan y atribuyen que la razón para que Melida rompiera el promedio de vida otorgado al ser humano de nuestro entorno, obedece a los intersticios que la cronología a fecundado sin arrebatos en el techo de su rancho a través de los cuales Dios la observa, la redime y la ampara de las fuerzas negativas que pudieran realizar artimañas en contra de su esencia biológica. Otros, diagnostican que todo responde al consumo de verduras autóctonas y de peces sustraídos otrora del vientre del gran Yuma, por las manos labriegas de su grato compañero, quien en horas matinales hincaba sus pies en la proa de una embarcación primitiva para raptarle al río los productos comestibles. En fin, su corazón excluido de la generosidad estatal, prosigue generando latidos, mientras la carga del olvido sobre su estatura delgada y morena piel desmedra el vigor para que su movilidad, se torne cada día más paquidérmica.


Autor: RAFAEL MEDINA BROCHERO
                Periódico Los Sures